La Defensa australiana podría verse obligada a prohibir a su personal utilizar los relojes de rendimiento físico o “fitness” para protegerlos en las operaciones militares tras una alerta de seguridad en la aplicación Strava.
La aplicación Strava, que en sueco significa “esforzarse”, es una comunidad social que congrega deportistas profesionales y aficionados para optimizar su rendimiento y mejorar su experiencia deportiva informando sobre las rutas y datos de interés.
Esta aplicación rastrea los ejercicios por satélite y publica un mapa de calor mostrando la actividad realizada por los usuarios a nivel mundial, combinándolos con los de Google Maps.
El mapa de datos muestra mil millones de actividades y tres billones de puntos de latitud y longitud proveniente de la red mundial de atletas de Strava, según la empresa estadounidense.
Esta aplicación muestra las rutas de los soldados estadounidenses en las bases militares en Oriente Medio y Afganistán.
La alerta la dio un estudiante de seguridad de la Universidad Nacional de Australia, Nathan Ruser, de 20 años, cuando el fin de semana mostró la localización y las rutinas deportivas del personal militar de las bases en Oriente Medio y otras zonas de conflicto.
Ruser señaló en su cuenta Twitter que “se ve muy bonito pero no es emocionante para las Ops-Sec (Operaciones de Seguridad). Las bases estadounidenses son claramente identificables y pueden ser mapeadas”.
El joven explicó desde Tailandia que cuando vio el mapa de calor de Strava decidió ver en las regiones en conflicto y notó que “todo estaba iluminado como un árbol de Navidad”.
“Cuando uno ve el mapa de calor de Strava en países como Australia se ve un montón de ‘ruido’ de civiles utilizando la aplicación. En Sídney, por ejemplo, brilla dorado con la gente que tiene el hábito de correr. Pero no es el caso de Oriente Medio o África en donde las únicas actividades se destacan en un fondo totalmente oscuro”, comentó en declaraciones citadas por la cadena local AAP.
“Las únicas personas que usan estas aplicaciones serían las que conforman el personal militar extranjero”, agregó, al añadir que también podrían usarlo los trabajadores de las ongs y organismos humanitarios desplegados en zonas de conflicto.
El portavoz de la Asociación Australiana de la Defensa, Neil James, comentó que cada vez es más difícil proteger las operaciones de seguridad porque existen cada vez más productos conectados a internet.
“En la Segunda Guerra Mundial, todo lo que tenía que hacer era censurar las cartas de las personas para que no le dijeran algo inadvertidamente a alguien en casa, algo que no deberían decir”, dijo a la agencia local AAP.
James recomendó que cualquier tipo de aparato que registre o transmita datos debería dejarse en casa durante los despliegues militares.
Asimismo James consideró que algunos soldados pueden utilizar estas aplicaciones durante sus entrenamientos, pero duda en que alguien lo haga en las misiones en el exterior.
Danielle Cave del Instituto Estratégico Australiano remarcó que los espías de la agencia de Inteligencia, la ASIO, podrían haber sido atrapados en este embrollo de Strava.
“Los datos muestran que los teléfonos/“fitbits” aparecen entrando a los edificios de seguridad….es débil, pero hay muchos datos entrecruzados con Asio”, comentó en su cuenta Twitter.
El Ministerio de Defensa no se ha pronunciado sobre el asunto.
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