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El estadounidense Xander Schauffele igualó el jueves la ronda más baja en la historia de los torneos de Grand Slam de golf con un total de 62 golpes, nueve bajo par, y se colocó líder del Campeonato de la PGA.
Entre los primeros jugadores en tomar la salida en Louisville (Kentucky) estuvo también Tiger Woods, que tuvo un recorrido irregular y terminó con 72 golpes (+1).
Schauffele, vigente campeón olímpico, fue la gran sensación de la mañana desde que arrancó en el ‘tee’ del 10 y acertó cinco birdies en sus primeros nueve hoyos, y cuatro más después de la vuelta en una ronda sin bogeys para tomar el mando de la clasificación.
El jugador californiano, de 30 años, ya compartía el récord de ronda más baja en la historia de los torneos de Grand Slam.
Schauffele había logrado una tarjeta de 62 golpes en la primera vuelta del Abierto de Estados Unidos del año pasado, mientras que el estadounidense Rickie Fowler lo logró en esa misma jornada y el sudafricano Branden Grace en el Abierto Británico de 2017.
“Se siente muy bien”, declaró Schauffele. “Es sólo el primer día, pero si alguien me hubiera dicho que golpearía nueve bajo par lo habría aceptado”.
“Es un gran comienzo para un gran torneo”, subrayó.
La inspiración de Schauffele le permitió terminar su primer recorrido en el campo de Valhalla con una ventaja de tres golpes sobre sus compatriotas Tony Finau y Sahith Theegala.
A una distancia de cuatro golpes se situaban el escocés Robert MacIntyre y el norirlandés Rory McIlroy.
Número dos del ránking mundial, McIlroy está de vuelta en el campo donde diez años atrás logró su cuarto y último título de Grand Slam, en una semana en que se conoció que pidió el divorcio a su esposa Erica.
La actuación de Schauffele fue también la mejor de un golfista en el campo de Valhalla, superando los 63 golpes que logró el español José María Olazábal en la primera ronda del Campeonato de la PGA de 2000.
Schauffele sigue peleando por su primera corona de Grand Slam después de haber concluido en una docena de ocasiones entre los 10 primeros.
En su palmarés lucen siete trofeos de la PGA. El último de ellos lo alzó en 2022 en el Abierto de Escocia, pero en las últimas semanas ha mostrado una gran forma y el pasado domingo le peleó hasta el final la victoria a McIlroy en el Wells Fargo Championship.
“He estado jugando un golf muy sólido, he estado muy cerca de conseguirlo”, afirmó.
Otro de los grandes focos de atención el jueves fue Tiger Woods, quien se mantuvo bajo par hasta cometer bogeys en los dos últimos hoyos.
El astro estadounidense, de 48 años, firmó un total de tres birdies y cuatro bogeys para una tarjeta de 72 golpes (+1) que lo situaban en el puesto 65.
En este punto de su legendaria carrera, Woods participa únicamente en los torneos de Grand Slam debido a sus numerosos problemas físicos, especialmente en la pierna derecha que se dañó en un accidente de auto en 2021.
En la primera cita del año, el Masters de Augusta en abril, Tiger superó el corte pero se hundió al último lugar en el fin de semana final.
“Tardé probablemente tres hoyos en volver a sentirme competitivo y sentir cómo golpeo la bola en competición, la adrenalina, la temperatura, la velocidad del green”, explicó Tiger.
“Son cosas a las que normalmente me acostumbro muy rápido, y me ha costado unos cuantos hoyos”, admitió. “Cada día es un poco diferente. Unos días mejor que otros. Así son las cosas. Mi cuerpo es así”.
El estadounidense Scottie Scheffler, campeón del Masters y favorito al título en Louisville, y el español Jon Rahm comenzaban sus recorridos en la tarde.