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No partía como favorito y se llevó el título olímpico el jueves batiendo el récord de los Juegos de lanzamiento de jabalina: Arshad Nadeem dio a Pakistán un oro histórico y lo hizo además pese a su falta de recursos.
Durante mucho tiempo, la forma que tenía de entrenar era con un palo y una cuerda, algo que todavía da más mérito a la hazaña de este coloso de 1,90 metros y 27 años, padre de dos hijos, que llevó la euforia a su país.
“Ha conseguido lo imposible y ha hecho historia, todo el mundo miraba a mi hermano. Nos trae la primera medalla desde hace 32 años. Y de oro (…) cuando nosotros no tenemos nada”, celebraba su hermano mayor, Muhammad Azeem, vestido con una camiseta con los colores nacionales, blanco y verde.
Junto a él, en Mian Channu, en el Penjab fronterizo con India, la fiesta era total. Se bailaba, se cantaba, se repartían pasteles.
“Arshad Nadeem es de Mian Channu. Vino aquí desde un pueblo pequeño y ha llevado los colores de Pakistán a lo más alto internacionalmente”, afirmaba con orgullo a la AFP Rasheed Ahmed (69 años), el entrenador que detectó sus cualidades deportivas en 2011.
Pero nadie podía prever en sus inicios que Arshad pudiera conseguir la gloria olímpica y mucho menos en el lanzamiento de jabalina.
Como la inmensa mayoría de paquistaníes, Arshad solo podía soñar con un deporte: el cricket.
Mientras preparaba los Juegos Olímpicos de Tokio en 2021, Nadeem admitió a la AFP que quizás podría haber llegado a la selección nacional en ese deporte, el más importante para el país.
Pero la vida le deparó otro destino. Siguiendo los consejos de uno de sus hermanos, se decidió por el atletismo, un deporte más inmediato que el cricket, cuyos partidos pueden durar varios días.
La gestión del tiempo era importante. Su familia, de siete hermanos y hermanas, le necesitaba.
En un país en el que el 40% de la población vive bajo el umbral de la pobreza, el objetivo número uno es cubrir las necesidades de todos, así que tuvo que trabajar desde muy temprano por decisión de su padre, un albañil ahora jubilado.
Arshad Nadeem se casó y tuvo dos hijos. En su tiempo libre, seguía soñando con el atletismo y practicaba lanzamientos de bala, jabalina, disco y martillo, así como salto largo, salto alto, triple salto y 100 metros, contaba él mismo en 2021.
Su vida cambió en 2015 cuando fue contratado por la Oficina Paquistaní de Aguas y Electricidad, una autoridad gubernamental dotada de un presupuesto de apoyo a los talentos deportivos.
Allí descubrió también que el deporte conlleva sacrificios: entrenamientos intensivos, régimen alimentario, varias lesiones en las rodillas y los codos, y los viajes para formaciones.
El jueves, en el Estadio de Francia, sus sacrificios dieron resultado y dio a Pakistán su primera medalla olímpica histórica en el atletismo.
Con un lanzamiento de 92,97 metros en su segundo intento, Nadeem pulverizó el récord olímpico en más de dos metros.
Superó al indio Neeraj Chopra, campeón en Tokio en 2021. En los últimos años se han hecho amigos pese a venir de dos países que mantienen una rivalidad histórica.
Han compartido podios en distintas competencias, pero Chopra, una estrella en su país, era hasta ahora el dominador y Nadeem permanecía en la sombra.
Regresará ahora como protagonista a Pakistán, con la primera medalla olímpica para el país desde 1992. Será además la undécima de la historia de este país, nacido en 1947 tras la partición con India. Y la cuarta de oro.
Todo ello sin que Nadeem cuenta con infraestructuras adecuadas para su deporte, cuenta a la AFP Parvaiz Ahmed, un exresponsable del deporte del Penjab.
“Los atletas tenían que contentarse con palos de madera con una cuerda enrollada a modo de jabalina”, recuerda. A menudo ejercitándose con temperaturas cercanas a 45 grados centígrados.
“Cuando vi que Arshad progresaba tanto, conseguimos para él una jabalina de verdad, que hicimos traer desde Sialkot [una ciudad a 400 kilómetros]”, apunta.
En cualquier caso, Pakistán no cuenta con ninguna infraestructura profesional de atletismo ya que la prioridad siguen siendo los campos de cricket o de hockey sobre césped.
El pasado marzo, Arshad Nadeem contaba que entrenaba con su única jabalina desde hacía siete años. Y que únicamente ante la cercanía de los Juegos de París había podido conseguir otra.
Pero desde el jueves, seguramente todo ha cambiado para él: en las redes sociales, políticos y empresarios del país anuncian ya recompensas y regalos en reconocimiento a su éxito en París.