El juego de azar es un negocio multimillonario en Australia, pero el dinero que se gasta para hacer frente a los daños que produce no es suficiente, especialmente para las comunidades inmigrantes.
En Victoria, el pasado año fiscal el gobierno estatal gastó $20 millones para el tratamiento y apoyo a las personas con problemas con el juego de apuestas, de los que tan solo $1 millón se destinó a servicios de ayuda a comunidades inmigrantes. Nueva Gales del Sur asignó $ 1.7 millones a estas comunidades.
El diputado del estado de Victoria, Hong Lim explica que el limitado apoyo a estas comunidades se suma al hecho de que los lugares de juego se dirigen específicamente a comunidades étnicas como las de su electorado.
“Traen autobuses a nuestra área, donde hay concentración de inmigrantes. Así que tienes un viaje gratis, comida gratis, pero te juegas todo tu dinero”, explica Lim.
Y no solo son los casinos, sino también los pubs y los clubes en áreas como el oeste de Sydney, donde los juegos están creciendo.
Efectos del juego en las comunidades inmigrantes
Es el caso de la comunidad vietnamita, donde según explica, Bui, las mujeres de esta comunidad están sobrerrepresentadas en la población carcelaria en Victoria, la mitad de ellas con cargos por crímenes cometidos por culpa de las deudas adquiridas con el juego. Una de las razones por la que estas personas no acuden a pedir ayuda es porque lo viven como un estigma social y un problema vergonzoso. Thuy se queja de que no hay suficientes recursos para ayudar a estas personas.
“Necesitamos mucha educación en la comunidad, algo que yo hago como parte de mi trabajo, hacemos mucha educación comunitaria. Pero no es suficiente, porque carecemos de profesionales y de financiamiento”.
La psicóloga y coordinadora del equipo clínico de apoyo a la adicción al juego en Salvation Army en Victoria, Blanca Ramos, explica que el hecho de estar tan expuesto a las opciones al juego, además de su fácil acceso ha hecho aumentar el número de jugadores con problemas, algo a lo que los inmigrantes son especialmente vulnerables.
“Todos los inmigrantes sufren de alguna medida una pérdida que implica pena o duelo. Existe un estrés en los cambios que afectan a la vida de la persona. Si a esto le sumamos inseguridad financiera, desconocimiento de los apoyos disponibles en el país que residen, el estigma social adherido al juego que pueden traer de sus países de origen, son factores que añaden a una vulnerabilidad”, explica Ramos.
Dónde encontrar ayuda
Lifeline: 13 11 14