Si tu intención es adentrarte en el mundo de las artes marciales chinas, no dudes en acercarte a un templo shaolin. Con la aprobación y bajo la supervisión del Templo Shaolin en China, el Shaolin Temple Spain (Madrid) es el lugar idóneo para conocer sus programas y metodologías, que cumplen con un estricto pero apasionante régimen marcial. La fusión única entre ejercicio físico y espiritualismo que contienen las artes marciales orientales, como el kung-fu, generan y fomentan el autodescubrimiento y el autoconocimiento.
En Men’s Health nos hemos adentrado en el Shaolin Temple Spain de la mano de Shi Hing Roberto González, y hemos charlado con él y su compañero Shi Hing Luis Alexander Cahuana.
“Nuestro maestro llevaba dando clases en España hace 20 años, y nosotros empezamos con él como alumnos. Fuimos avanzando en nuestro nivel y cada vez nos implicamos más en las actividades. Al final el templo es una familia y la implicación es fundamental. En base a todo eso, el maestro a veces elige gente y depositó su confianza en nosotros, y somos sus discípulos aquí en España. En esta sede llevamos ya 10 años como templo escuela y cada discípulo se encarga de una de las enseñanzas de la escuela”, explica Roberto.
¿Qué se enseña en vuestro templo shaolin?
Aquí tenemos las disciplinas que se enseñan en shaolin y alguna más. Aquí enseñamos kung-fu shaolin, tai chi, chan’ gong (tiro con arco), chi kung (trabajo con la energía y la respiración) y budismo. No formamos a la gente en budismo, pero sí abrimos la puerta a ese conocimiento. El budismo le llega a cada uno en su momento. Siempre en las clases y las charlas motivadoras tenemos un enfoque budista, es el hilo conductor. Dentro de una escuela shaolin, si no se trabaja el budismo, no es shaolin. Como dice el maestro, en el templo shaolin el kung-fu es una parte muy pequeña, de hecho ni siquiera la más importante. Es un templo, un lugar religioso en el que se hacen ceremonias budistas. Y aquí le damos un enfoque más laico al budismo, para que no le genere rechazo a la gente. Con nuestro enfoque es mejor. Ahora la gente veo que consume mucho estoicismo, y eso es budismo; un budismo sin la parte espiritual se puede decir. Budismo para la vida moderna, que te sirva para todo en la vida.
¿Qué tipo de personas se acercan a vuestro templo?
De todo. Aquí tenemos un perfil totalmente abierto, desde gente de 50 años a niños de 12, entrenando en la misma clase, porque lo que enseñamos es para todos. Desde cero hasta el más avanzado, entrenan juntos. Y así se le da un mejor sentido al templo, motivándose unos a otros. Mujeres, niños, gente mayor… muchos perfiles. Hay escuelas que trabajan más el tema de acrobacias, combate, ponerse fuerte… que eso llama a un público concreto, pero la gente que viene a nuestra escuela son personas con una sensibilidad especial e inquietud. Vienen buscando algo más que un arte marcial. Algo espiritual llegando a través de un trabajo físico y de disciplina y esfuerzo.
¿A nivel espiritual que os ha aportado a lo largo de los años la filosofía shaolin?
Sobre todo paz. Conseguir que lo que piensas, lo que dices y lo que haces está en armonía con lo que sientes. Quietud con tu alma, tener una paz. Y luego a través de eso puedes conseguir todo lo demás. Si fortaleces mucho tu cuerpo, por ejemplo, pero no trabajas tu interior, es como un barco sin timón. Todo va relacionado: alimentarse bien, estar en paz y entrenar el cuerpo. Y todo esto ayuda a la hora de gestionar conflictos internos; abre un mundo distinto y se puede hacer todo lo que uno se propone, afrontando nuevos retos y solucionando problemas. Es paz mental, en definitiva. Los problemas afectan, desde luego pero aprendes a cómo enfrentarlos.
¿Hasta qué punto es importante la alimentación?
Como el trabajo físico o mental, la alimentación es fundamental. Los budistas más estrictos tienen alimentos prohibidos para el espíritu, por eso el budismo tal cual no lo podemos aplicar aquí, porque sería muy riguroso en aspectos, como por ejemplo ese. Dentro del templo shaolin no se sirve carne, luego ya cada uno fuera hacer lo que quiera. El budismo estricto dice que tú no puedes dañar a ningún ser sintiente, así que imagínate comértelo. No contaminan su cuerpo, y por supuesto ni beben ni fuman.
¿Qué tópicos o creencias sobre los templo shaolin son equivocadas?
Bueno, que nadie crea que por entrar aquí y entrenar va a conseguirlo todo rápido. Es un camino, algo más profundo y complicado. En la parte física y la mental, por ejemplo, muchos vienen después de haber visto películas y con creencias equivocadas. El proceso es largo. Y claro, la gente ve a esos monjes shaolin capaces de hacer acrobacias y cosas increíbles, con esa fortaleza física y mental, y se piensan que es fácil. Nadie imagina la fortaleza mental que hay que tener para soportar durante años ese entrenamiento. Son años y años de entrenamiento, trabajo duro de repetir, repetir y repetir. Es una forma de vida que se mantiene a lo largo del tiempo. No todo el que entre por esta puerta va a convertirse en un artista marcial. Detrás de eso hay años y años de trabajo; el camino te lleva al objetivo.
¿Por qué usáis esta ropa y estas zapatillas tan concretas?
En 2019 hubo una directriz que prohibió a todas las escuelas que no hubiera un monje dirigiéndolas usar túnicas de hábitos de monje. Esto no es un kimono de entrenamiento, es un hábito de monje y hemos adoptado su forma de vestir, porque es la que utilizan ellos. La ropa es muy cómoda para entrenar, y las zapatillas, de la marca Feiyue, es que son perfectas para los movimientos del kung-fu por la forma curva de la suela; favorecen el movimiento del pie.
Roberto Cabezas es especialista en fitness, CrossFit, culturismo, material de entrenamiento, nutrición y suplementación deportiva en Men’s Health España. Licenciado en Periodismo por la Facultad de Ciencias de la Información, en Madrid, siempre me ha gustado el deporte. Jugué al fútbol, practiqué karate, tenis y ahora soy un apasionado del pádel y entrenar en el gimnasio. Creo firmemente en que llevar una vida saludable, comiendo bien y haciendo ejercicio a diario, es fundamental tanto para el cuerpo como para nuestra salud mental. Y animo a combatir el estrés con el entrenamiento fitness mediante rutinas de ejercicios.
Uno de mis hobbies es comprar comida porque me encanta comer, sobre todo carne, pero también la fruta y los postres healthy. No me falta mi batido de proteínas diario y puestos a recomendar, prueba la crema de cacahuete con plátano, esta es una de muchas de las recomendaciones que puedes encontrar entre los contenidos de nutrición en los que escribo y trato temas como, la creatina, proteína whey entre otros.
En lo profesional, antes de formar parte de la Healthy Unit de Hearst Magazines, estuve casi 20 años en las revistas Teleindiscreta, TP y Supertele, de la misma compañía, donde aprendí a ser periodista. Antes pasé por una consultora económica y una web femenina. ¿Más aficiones? La lectura, la música, el cine, las series y jugar con mis hijos. ¡Vive y deja vivir!
