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Brett Favre, miembro del Salón de la Fama de la liga de football americano (NFL), dio a conocer este martes que padece la enfermedad de Parkinson, tras una carrera de dos décadas en la que estimó haber sufrido “miles” de conmociones cerebrales.
Favre hizo público este reciente diagnóstico durante su testimonio ante un panel del Congreso estadounidense que investiga un presunto caso de uso indebido de fondos públicos en el estado de Mississippi.
“Lamentablemente perdí mi inversión en una empresa que creía que estaba desarrollando un medicamento innovador contra las conmociones cerebrales y que pensé que ayudaría a otros”, dijo el antiguo ‘quarterback’ ante legisladores en Washington.
“Aunque es demasiado tarde para mí, recientemente me han diagnosticado Parkinson, esta es también una causa que me importa mucho”, afirmó la exestrella de los Green Bay Packers, de 54 años.
Favre se refería en su testimonio a Prevacus, una compañía que produce un medicamento para tratar conmociones cerebrales y que recibió dos millones de dólares de ayuda pública del fondo de Asistencia Temporal para Familias Necesitadas en Mississipi.
El fundador de la empresa, Jacob VanLandingham, se declaró culpable de fraude electrónico a principios de este año al admitir que había utilizado el dinero concedido a Prevacus para pagar deudas de juego.
Favre, que llegó a jugar 321 partidos consecutivos durante sus 20 años de carrera, se retiró del deporte en 2010 con un título de campeón con los Packers (1996) y tres premios de Jugador Más Valioso (MVP).
En una entrevista en 2018, el mariscal de campo dijo que, aunque sólo le diagnosticaron formalmente un puñado de conmociones cerebrales, sospechaba que el número real fue mucho mayor.
“Cuando tienes zumbidos en los oídos, ves estrellas, eso es una conmoción cerebral. Y si eso es una conmoción cerebral, he tenido cientos, probablemente miles a lo largo de mi carrera, lo cual es aterrador”, explicó.
El Parkinson es una enfermedad degenerativa que trastorna el sistema nervioso y produce temblores, lentitud de movimientos, alteraciones del habla y problemas de equilibrio que empeoran con el tiempo.
Se estima que más de 10 millones de personas en el mundo padecen esta enfermedad, que no tiene cura.
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