José María Giménez fue al rescate de los rojiblancos, de cabeza, en el último suspiro del partido, dando los 3 puntos a su equipo
Sea el rival que sea, siempre te puede complicar la vida, aunque juegues como local. Cualquier mínimo despiste se paga caro en una competición como la Champions. La experiencia también juega un papel importante, y anoche el Atlético de Madrid la demostró, sacando adelante un partido que todos ya creíamos empatado. Está inscrito en el ADN colchonero, «nunca dejes de creer».
Un Griezmann estelar se llevó el MVP del partido con 1 gol y 1 asistencia, sumado a todo el juego que generó el francés durante todo el partido. Pudimos ver una primera parte con mucha intensidad, y más con el gol encajado en el 4′, con muchas ocasiones repelidas por la defensa alemana del Leipzig , y un Ángel Correa omnipresente participando a nivel defensivo y ofensivo, protagonizando una de las jugadas más claras del partido, dejando aparte la del gol del principito.
Los colchoneros fueron menos intensos en la segunda parte, destacando un gran cabezazo de Poulsen del Leipzig, cuando el partido todavía no estaba decantando para nadie. Sin embargo, en el 90′, de nuevo Griezmann sacó a relucir su magia para asistir a Giménez, con un centro llovido que peinaba el uruguayo al fondo de la red, para exaltar la locura rojiblanca que duró ni más ni menos que 84 segundos.
Primera parte: Un Atleti de menos a más
El partido comenzó rocambolesco ya en el 1′ con una falta hacia Reinildo Mandava en zonas defensivas. El Atleti había salido con un nivel inferior de intensidad que su rival, y justo en el 4′ tras un contragolpe explendido de los alemanes, Benjamin Sesko aprovechó un balón dividido tras un misil de Openda a Jan Oblack, que lo repelió como pudo, para asestar un cabezazo inalcanzable para el gigante esloveno. Quizás Robin Le Normand pudiera haber hecho más en esa disputa con el delantero del Leizpig. Minutos de incertidumbre tuvo el conjunto de Simeone tras el gol. De nuevo Le Normand estuvo en el foco del encuentro, recibiendo la primera amarilla del partido.
Ya rozando el cuarto de hora de partido, fuimos viendo a un Atlético cada vez más enchufado en el partido, cosechando largas posesión y transitándole bien al Leizpig. Justo en el 15′, pudo llegar la réplica colchonera tras un córner rápidamente botado por Griezmann que Julián remachó con el exterior ligeramente desviado. Dejando a un lado esta jugada, la «araña» tuvo casi nula participación en el resto del juego y del partido.
Los colchoneros seguían intentándolo contra la portería de Gulacsi, con remates la mayoría repelidos por la defensa alemana. Llegados al 25′, uno de los más activos del partido, Ángel Correa, por poco no marca, tras un córner lanzado por Riquelme. Poco le faltaba al gol del empate, que llegó al filo de la media hora de encuentro tras un centro magistral de Marcos Llorente que remató Griezmann de medio volea y con bote. Gol psicológico que vino de lujo a los colchoneros que seguían con fe buscando la remontada. Gran sacrificio en la presión tuvieron los de Simeone en todo el partido, con una primera línea de presión robando balones en campo rival. Dicha presión ocasionaba fallos en la salida del Leipzig.
En los minutos finales del primer tiempo vimos más remates a portería del Atlético. Le Normand tuvo un remate claro de cabeza que se fue por el lado izquierdo del guardameta. Al margen de todo tuvimos una pequeña rivalidad entre Ángel Correa y el defensa Castello Lukeba. Primero Correa le propino un pisotón al central del Leipzig en ataque que no acabó en amarilla sorprendentemente, y acto seguido en el 39′ Lukeba se la devuelve, y en esta ocasión ve la amarilla.
Al filo del descanso tuvimos dos remates más de cabeza, otro de Julián y uno de Giménez, que ya iba presagiando lo que iba a ocurrir después.
Segunda parte: esto es el Atlético de Madrid
Los de Diego Pablo Simeone iniciaron el segundo tiempo sin modificar el esquema. Sin embargo, el equipo alemán metió a Christoph Baumgartner por Antonio Nusa. Intercambio de cromos en la medular.
Los colchoneros siguieron remando los primeros minutos, con Ángel Correa de nuevo como protagonista, con un remate que se perdió por la izquierda en el 48′. Poco movimiento en el partido, tanto por parte del Leizpig como del Atlético. Muchas faltas llegados al 60′. Dos amarillas, una a Giménez por mala interpretación del arbitro ya que el charrúa estaba cerciorándose de que un jugador del Leizpig se pusiera las espinilleras, como asi relató en el post partido, y luego otra Rodrigo de Paul, que minutos después se fue pitado del Metropolitano por irse andando del campo cuando todavía quedaban 25 minutos por delante y también por su bajo rendimiento en el partido. Conor Gallagher lo sustituyó en el 62′, el cual entro ovacionado a diferencia de su compañero. Acto seguido se produjeron otros dos cambios. Sorloth por Julián Álvarez, que fue de los más inactivos del partido y Samuel Lino por Rodrigo Riquelme.
Al borde del 70′, Ángel Correa se fue ovacionado del terreno de juego, siendo sustituido por Nahuel Molina, el cual brindó frescura y buenos minutos al atlético en ataque. Dio varios centros peligrosos a Sorloth desde el costado derecho, que remató de cabeza sin peligro para Gulacsi. Gallagher también intentó progresar, con pases entre líneas, como uno a Samu Lino, que estaba en fuera de juego.
El susto para los rojiblancos llegó en el 77′ con el partido todavía en tablas, con un remate de cabeza de Poulsen que se iba rozando el palo. Pero justo en al final, en el 90′, Griezmann de nuevo y un inesperado héroe, José María Giménez, salieron al rescate de su equipo para dar la victoria al Atlético de Madrid, con un gran centro del astro francés y luego un cabezazo inapelable al palo contrario del portero. Estalló la locura en el Cívitas Metropolitano, con 84 segundos de éxtasis total.
El colegiado añadió 4 minutos de descuento, dónde el Atlético quiso que no pasase nada, y así ocurrió. Victoria importantísima para los de Simeone, que se posicionan duodécimos en este inicio de jornada 1 del nuevo formato de Liga de Campeones.