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Una hora en tren de alta velocidad será el trayecto que recorra la colección de estrellas de la NBA que ha brillado en Lille para disputar los cuartos el martes en París en un Bercy Arena que pasará de la magia de Simone Biles a la batalla por los metales en el básquet.
LeBron James, Kevin Durant, Stephen Curry, Nikola Jokic, Shai Gilgeous-Alexander, Dennis Schroder, Giannis Antetokounmpo, Victor Wembanyama… La lluvia de estrellas ha sido incesante en la ciudad del norte de Francia durante los ocho días que ha durado la primera fase.
El estadio Pierre Mauroy, la sala cubierta con más capacidad en Francia -27.000 espectadores- fue testigo del regreso internacional de LeBron James, 12 años después.
El ‘Rey’, a unos meses de cumplir 40 años, decidió que era el momento de un último baile con su selección, con la que no jugaba desde su segundo oro consecutivo, en Londres-2012.
Abanderado del barco estadounidense en el Sena en la inauguración de los Juegos, LeBron ha sido el líder de un Team USA sobrado de recursos, con el público pasmado ante la presencia de otras dos leyendas, el ganador de tres oros olímpicos Kevin Durant y extraño debutante Stephen Curry.
Solo la salida a calentar del equipo dirigido por Steve Kerr ha llevado la locura a las gradas. Al trío de leyendas se le ha unido como atracción Anthony Edwards, eficaz y espectacular desde el banquillo, un regalo para la vista.
“Le había dicho a Kevin (Durant) en el tiempo muerto anterior: si tengo un contraataque voy a hacer un molinillo. ¡Tenía ganas!”, señaló tras firmar uno de los mates del torneo ante Puerto Rico.
Diez jugadores NBA liderados por una superestrellla como Shai Gilgeous-Alexander. Canadá ha demostrado en la pista que es la alternativa al imperio de su vecino con un plantel al que le sobra físico y talento, dirigido por el español Jordi Fernández, perfecto conocedor del básquet FIBA. Las piezas encajan, ¿para pelear por el oro?
Con menos aura, Alemania plasma en la pista su condición de campeona del mundo. Tres victorias convincentes, la última ante Francia y una afición local volcada que observó con impotencia la diferencia de nivel entre ambas.
Schroder, mejor jugador del pasado Mundial y abanderado alemán en el Sena, hace lo que quiere con el balón, bien secundado por los ‘Wagner Brothers’, Franz y Mo, ambos de los Orlando Magic. El primero se doctoró ante la anfitriona: 26 puntos y cinco rebotes.
Las cuatro derrotas consecutivas en la preparación habían sido un aviso para un equipo al que se esperaba con gran expectación por la incorporación del fenómeno NBA Victor Wembanyama.
Salvada de milagro en la prórroga ante Japón, la anfitriona cayó desde muy alto ante Alemania y se desató la tormenta.
Evan Fournier, líder anotador en los últimos años, criticó el planteamiento del seleccionador Vincent Collet, que reaccionó calificando la ‘intromisión’ de su alero de “lamentable e inaceptable”.
Francia espera que el traslado a Bercy sirva como bálsamo para un equipo que había ilusionado al país.
Abucheado cuando recibía, aplaudido cuando fallaba. Esta ha sido la secuencia más repetida en Lille para el pívot del Team USA Joel Embiid, un ‘via crucis’ bien digerido por el mejor jugador de la NBA en 2023.
Al jugador nacido en Camerún no se le perdona vestir los colores de Estados Unidos en lugar de los de Francia tras haberse comprometido inicialmente con los Bleus.
Lejos de ignorar el ruido, Embiid responde pidiendo más abucheos o echándose la mano a la oreja cuando anota.
“Me gusta esto. La gente piensa que es odio, yo lo veo como reconocimiento. He estado en ambientes peores, como los dos ‘Gardens’ (el Madison Square Garden de Nueva York y el TD Garden de Boston)”, señaló tras batir a Puerto Rico.
Su duelo con la grada no tiene pinta de apagarse con el traslado de la competición a París.