Un 24 de mayo de 2014, en el Estadio Da Luz, en Lisboa, el Real Madrid se presentaba en una final de Champions 12 años después de aquel inolvidable golazo de volea de Zidane, para alzar la novena Copa de Europa blanca
Tras imponerse en un partidazo y por un global apabullante en el Allianz Arena frente al Bayern de Múnich de Guardiola (0-5), el Madrid conseguía el billete a la final de la Liga de Campeones 12 temporadas después, a pesar de haberse quedado a las puertas de la gran final en las dos ediciones anteriores. Aquella generación de futbolistas cayeron ante el conjunto bávaro en semifinales en 2013, y frente al Borussia Dortmund en 2013, pero a la tercera, en el año 2014, la primera de Ancelotti al frente del club, llegó la vencida. Y más que merecida.
El rival no fue otro que el Atlético de Madrid, que también firmó una campaña sensacional, y había conseguido llegar a la final tras eliminar al Chelsea en Stamford Bridge. Era la primera vez en la historia de la Champions que dos equipos de la misma ciudad se iban a medir en busca de la conquista de una ‘Orejona’. Para el Madrid podría ser ‘la Décima’ y para los rojiblancos, la primera.
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El partido comenzó siendo bastante parejo, con los dos conjuntos esperando el mejor momento para mostrar sus armas. Se conocían muy bien, y lo siguen haciendo, pero el primer tanto llegó del lado colchonero y lo anotó Godín pasada la media hora de encuentro. Una mala salida de Casillas en un córner, y tras una serie de rechaces, hizo que el defensor charrúa se elevase por encima de Khedira, que jugó la final por el sancionado Xabi Alonso, y ganase la posición para cabecera al fondo de la red.
A partir de ahí, el nerviosismo se apoderó de la grada blanca presente en el estadio y en la misma ‘fan zone’ de los alrededores. También en los jugadores. Las caras de Cristiano, Bale, Ramos, Casillas o Modric eran de incredulidad y tensión total, porque a pesar de los intentos sobre la portería defendida por Courtois por aquel entonces, en el bando contrario, no se transformaban en gol.
Sergio Ramos y el gol de nuestras vidas
Llegados al descuento del partido, con el partido agonizando, se daba casi por hecho que el Atlético de Madrid iba a ser el campeón de la Champions por primera vez en su historia, pero un cabezazo prodigioso, preciso, imparable, irrepetible y mágico del dorsal ‘4’ y capitán eterno del Real Madrid, llamado Sergio Ramos, a la salida de un córner botado por Luka Modric, mandó el partido a la prórroga. La sensación de que se detuvo el mundo cuando el camero se elevó en el área para rematar con la testa el balón que había lanzado el croata, fue la sensación que todos los madridistas tuvimos en el estadio, en casa, en el bar, en el Bernabéu y en todas las partes y rincones del mundo.
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El delirio y éxtasis era notorio en la afición blanca, em los futbolistas que lo celebraron en piñas y saltando sobre el césped, e incluso del mismo Xabi que se echó una carrera de varios metros, tras saltar la grada en la que estaba viendo el partido, para irse a abrazar a sus compañeros. Era el minuto 93, ese bendito minuto que quedará para la historia.
La final se iba a la prórroga, pero la sensación es que el Madrid ya había ganado la Décima. Con el Atlético muerto, Di María se inventa un eslalon entre los dos jugadores rojiblancos que le encerraban, para que Gareth Bale, el hombre de las finales y en su primer año en el Real Madrid, rematase de cabeza, como pudo, el rechace de la parada de Courtois. Entró llorando el balón, al igual que las lágrimas de felicidad que cada madridista había derrochado tras el gol del galés y antes del de Sergio Ramos. Era el 110′, y el conjunto de Carlo Ancelotti ya iba ganando 2-1.
La ansiada ‘Décima’ ya era una realidad
El tercero llegó un par de minutos más tarde, y estuvo en las botas de Marcelo. Condujo sin que nadie del Atlético le saliese al paso, y tras el desvío del belga, el brasileño, con algo de fortuna, anotó el 3-1 y la sentencia del partido y de la final a favor del Madrid. Pero faltaba un último gol, el de Cristiano Ronaldo. No podía faltar. Gabi hizo penalti al propio Cristiano y el portugués no falló. Era su decimoséptimo gol en la Champions para Cristiano Ronaldo. Nadie nunca antes había conseguido hacer más goles que él.
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En el 120′, el Real Madrid mandaba a la lona al Atlético del Cholo, 4-1, para alzar al vuelo de Lisboa, la inolvidable ‘Décima’ Copa de Europa del madridismo. Una Champions especial, para el rey de Europa, que volvía al trono más de una década después.